Por Gustavo Palacios
Como narradores de historias nos encontramos siempre ante dos tareas muy difíciles de realizar: construir la trama y construir los personajes. Hay muchos significados para describir la trama (desde el tejido invisible de los eventos que vamos a narrar, hasta la disposición sucesiva de esos mismos eventos en un sentido –aparentemente- lineal que se acerca más a lo que se llama la fábula para el formalismo o el plot para casi todos los manuales de guión), y una sola para designar a los personajes.