miércoles, 17 de julio de 2013

Guión y fútbol

Tal vez este texto debería empezar con el sonido del silbato de un árbitro que indica el inicio del partido. Así empezaría si fuera un guión y también si fuera un partido de fútbol.

El fútbol está por todas partes y nunca duerme. Creo que si se revisa el calendario futbolístico mundial, no deben ser más de veinte o treinta los días del año en los que no se juega ningún partido de fútbol en ningún lugar del mundo. Para muchos es como ver la misma película una y otra vez, porque no les gusta el fútbol. Para otros (entre los que me incluyo) es casi como el cine, porque son todas películas, unas buenas, unas malas, unas aburridas, unas emocionantes. Cada partido es diferente suelen decir los cronistas deportivos para contraponer el azar a las estadísticas.
Es todo un misterio para mí pensar en dónde o en qué reside la particular e inmensa atracción que ejerce el fútbol sobre las masas. Objetivamente no lo considero mejor que otro deporte. El béisbol o el tenis me parecen mucho más interesantes como juego. Mucho menos con respecto a otro espectáculo. Creo que el cine tiene implicaciones oníricas e introspectivas mucho más profundas, pero ya quisiera el cine (especialmente como industria) generar en las multitudes lo que genera el futbol. Los hinchas verdaderamente se entristecen cuando pierde su equipo y se llenan de júbilo cuando gana. Son logros y fracasos de ellos mismos como personas.
Visto de cierta forma, tocar así a las personas es la aspiración suprema del cine y de cualquier arte. Pero, ¿qué hace al fútbol tan especial? ¿La idiotez humana? ¿La posibilidad de encontrar un refugio para todos aquellos sueños y propósitos que nunca se pudieron cumplir? ¿Tal vez ver al balón traspasar la línea de gol activa alguna sustancia química en el cerebro? La verdad, yo no tengo la respuesta. ¿O será que el fútbol tiene guión? ¿Está libreteado? Puede ser. De hecho cuando un jugador hace uso de su talento individual y resuelve una situación brillantemente en un partido, se suele decir que “se salió del guión del partido”.
Tal vez la táctica deportiva del fútbol pueda ser un camino para hablar del guión dentro del fútbol. La estrategia que hace parte del deporte como actividad y del cine como oficio, en donde el guión juega un papel muy importante. De la misma forma, los personajes son fundamentales para llegar a buen puerto en un partido y en una historia. Pelé es lesionado, o Zidane es expulsado y cambia el destino de la película, porque son protagonistas fundamentales. Pero a veces un gol de camerino da al traste con cualquier intención previa en el fútbol, con cualquier guión. Es el incidente desencadenante de una nueva película. De hecho, cada gol es un giro dramático. Muy dramático. Los estados de ánimo de jugadores y seguidores se afectan de inmediato y suelen empezar nuevos actos en la dramaturgia del fútbol, que son cerrados nuevamente por otro gol, o por un penalti errado.
Pero, si el fútbol o futbol (depende cómo lo acentúes) es tan dramático, entonces ¿por qué suelen ser tan poco afortunadas las películas sobre futbol? Tal vez porque es poco cinematográfico. No resulta muy atractivo mostrar a veintidós personajes en pantalones cortos, dándole patadas a una pelota en un potrero de 100 x 60 metros. Si alguien lograra desentrañar el verdadero drama y mostrarlo tal y como lo sienten los hinchas y los futbolistas, seguramente entraría en la historia del cine. Y en la del fútbol, de paso.
Sin embargo, se pueden recordar algunas películas sobre fútbol, como la del gran John Huston titulada ‘Victory’ en inglés, y traducida como ‘Escape a la Victoria’ por estos rumbos latinoamericanos. Es protagonizada nada menos que por Pelé y Silvester Stallone, además de contar con Michael Caine y toda una constelación de estrellas de la historia de fútbol mundial, como el inglés Bobby Moore.
Porque eso sí, como en cualquier escenario mitológico, existen dioses y héroes. En eso el fútbol es muy similar al cine o al rock and roll. De hecho, Johan Cruyff, el capitán de la selección holandesa de fútbol, conocida en la historia del deporte como ‘La Naranja Mecánica’, bien podría compararse con el irreverente Alexander De Large, interpretado magistralmente por el joven Malcolm McDowell. Podríamos decir lo mismo de Franz Beckenbauer y Gerd Müller, en relación con Wim Wenders y Werner Herzog, quienes por la misma época se llevaban toda la atención de gran parte de la población alemana; todos con sus cabelleras desordenadas. Hasta alguna vez Albert Camus dijo que “la selección es la patria”. Tanto como el cine nacional, seguramente.
De unas semanas para acá un técnico ha dado de qué hablar en el medio futbolístico local colombiano porque le hace llegar papelitos a sus jugadores con indicaciones acerca de la táctica.  No es la primera vez que esto sucede. En la Copa del Mundo Alemania 2006, la selección anfitriona definió su clasificación a las semifinales del evento frente a Argentina en la definición desde el punto penal. El portero alemán, Jens Lehmann, recibió del preparador de arqueros un papelito en el que se detallaban los hábitos de los futbolistas argentinos para cobrar las penas máximas, específicamente el lugar del arco al que dirigían sus disparos.  En medio de cada disparo, el arquero sacaba el papelito y miraba las indicaciones sobre el jugador que iba a disparar. En la serie de disparos, Lehmann acertó la ubicación de todos los tiros y atajó dos de ellos, lo que a la postre llevó a Alemania a la semifinal de aquel Mundial

Tal vez sea un nuevo subgénero para el guión y por ende una nueva opción laboral para los guionistas: ‘Guión para fútbol’. ¡Yo me especializaría!

Artículo escrito por el guionista futbolero (como muchos otros guionistas) y colaborador de El Inquilino Guionista, Juan Sebastián Muñoz Sánchez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece muy original la comparación. Enhorabuena

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