lunes, 5 de noviembre de 2012

El segundo tratamiento de guión


Me escriben:
Inquilino, si tengo mi guión terminado, lo leo, le modifico algunas cosas hasta que me guste...¿eso es un 2° draft? ¿O es hasta que hago modificaciones de estructura? ¿Cómo sé cuál es un tratamiento segundo o interminables modificaciones?
Uno termina su guión, se siente bien, sale a celebrar, está pletórico… Hasta que al día siguiente, o la semana siguiente o al otro mes llega el productor y te dice, <<sí pero no, ¿por qué no me escribes otro tratamiento con estas nuevas ideas que te doy?>> Y llega bajón, ¿verdad? ¿Qué es lo que está mal en mi guión?, se pregunta uno, pues fácil: que es un primer tratamiento y de aquí a que se filme tu guión todavía faltan unos cuantos…tratamientos.  Es mejor armarse de paciencia y de ganas de reescribir.
            Para un servidor el primer tratamiento es escribir de pe a pa, de principio a fin el guión siempre asiéndome de la pertinente escaleta que antes hice, tomándola como referencia. O sea, el primer draft vendría a ser más o menos la escaleta un poco más detallada y sobre todo, dialogada. Si lo que escaleteé me gustó, si le gustó al productor, en un primer tratamiento se verá claramente si funciona lo propuesto o si de plano hay unos agujeros negros en la historia de esos que uno espera que desaparezcan con la edición.
            Mi segundo draft o tratamiento consiste en algo curioso: una serie de mini drafts que contienen cada uno un cambio, una modificación, una evolución. A veces es la trama, otras el personaje principal o el antagonista, otras el orden se las secuencias o el tono de algunas de éstas… Estos mini tratamientos pueden llegar a ser hasta unos diez u once, y sólo entonces, cuando he cambiado tantos detalles de la historia lo suficiente como para pensar que es un “nuevo guión”, me siento listo para decir que tengo un segundo tratamiento.
            Un*s amig*s colaboradores de este blog a los que consulté me dicen que ellos lo hacen más o menos así:
            El primer paso para un segundo tratamiento de tu guión es ver si realmente la historia funciona y se cuenta fluidamente. Si no funciona se debe repensar el ángulo, el enfoque hasta que se encuentre uno que esté en un punto medio entre la originalidad y la tradición. Aquí es donde se conectan todos los plots, las tramas y los agujeros y se imagina, se piensa cómo hacerle para que el guión funcione mejor y sobre todo, funcione como un todo y no a pedazos o a partes sueltas que giran en torno a un mismo tema.
            El segundo paso es fijarse en la estructura. ¿Funciona, o es demasiado rápida, demasiado lenta, demasiado confusa? ¿Es resistente, aguanta, o se cae en el segundo acto, lo cual es de lo más natural y por desgracia notorio? Es importante no hacerse un lío al principio del segundo tratamiento y centrarse sólo en los plots, (los giros) y la estructura, lo demás vendrá luego. El armazón, el esqueleto, más que de hueso ha de ser de hierro. Paso a paso, un aspecto de tu guión cada vez. Es el único modo de que tu primer tratamiento cambie hacia un segundo entre un 25 y 75%.
            El paso número tres, dicen los guionistas colaboradores, sería fijarse en los personajes. ¿Son creíbles, actúan según los “diseñaste”, o sea, tal cual son ellos? Y lo más importante, ¿son necesarios? Aquí es donde se cortan cabezas. Hay que ir en busca de los personajes superfluos de la historia, y borrarlos de un plumazo.
            Cuarto paso de tortuguita: los diálogos. Cómo no. ¿Hablan tus personajes con su propia voz, su propio registro, sus propios modismos y slang? ¿Explican demasiado? Muestra no cuentes, muestra no cuentes… Léelos en voz alta y pregúntate cómo suenan, escúchate, esto es algo muy importante, no esperes a que los actores pongan de su cosecha y los corrijan porque lo harán y los cambiarán casi en su totalidad. ¿Cómo manejo el subtexto, cómo aflora? Aquí aplica el clásico “menos es más”. Y una obviedad: un guión de largometraje siempre tendrá menos diálogo que uno de televisión.
            Quinto paso: el lenguaje es arquitectura. Aquí es donde ha de salirte un poco la vena más literaria y no con eso digo barroca; piensa en Juan Rulfo. Quita las palabras redundantes, las repeticiones, las reiteraciones. Fíjate bien en cómo describes las acciones, hazlo cada vez más preciso, justo y claro, que quien lo lea lo entienda a la primera de cambio. Y quita todo lo que realmente no se pueda filmar y mostrar en una pantalla.
            Paso número seis: reestructuración. Este paso puede parecerse al anterior en el que se mencionó la estructura pero va más allá. O sea, hay que plantearse contar la historia de otro modo, con otra estructura, colocar “las cosas” en distintos momentos de tu historia. Aquí estaría bueno plantearse si se necesita un narrador, si sobra, o si se está escribiendo desde el punto de vista correcto, o sea, desde los ojos del protagonista. También aquí, aunque parezca contradictorio, se suele encontrar que nuestra historia se hace más poderosa si se narra desde el punto de vista de otro personaje que no sea el protagonista, sino el antagonista.  
            Séptimo escalón: Conflicto, conflictos… Aquí es donde uno debería fijarse si cada escena (no así secuencia) tiene en sí misma, o mejor dicho, en su semilla un conflicto. Y si la suma de estos pequeños conflictos ayuda a resolver poco a poco el CONFLICTO DRAMÁTICO de nuestros personajes. Recuerda que el conflicto es la base de todo, de cualquier historia.
            Para el noveno paso l*s colaborador*s consultados nos recomiendan que repasemos de nuevo personajes, diálogos y acciones. O sea, hay que tener claro que lo que los personajes dicen los definen, así como lo que hacen, pero igualmente considerar que mentir también es hacer e igual de definitorio. ¿Mienten tus personajes o dicen la verdad? Y si mienten, ¿cómo usas eso en la narración?
            Y el último paso, el décimo, es el más fácil. Se trata de editar errores, erratas, dedazos, corregir mayúsculas y minúsculas (cada vez que aparece un nuevo personaje va en mayúsculas…) que no se haya confundido el nombre de un personaje por otro, que no haya faltas de ortografía y menos aún gramaticales…
            Cuando estos diez pasos han sido pensados o repasados y nos han llevado a una feliz reescritura que puede haber durado unas cuantas semanas, es que nuestros expertos y expertas en guión y colaboradores esporádicos dicen que podemos considerar que tenemos un segundo tratamiento de nuestra historia.
¿Y qué pasa cuando el susodicho productor del principio del artículo quiere un tercer tratamiento? Pues que hemos de hacer de nuevo este trabajo…y otras cosillas más de las que hablaremos en otro post. Ah, y muchas gracias a J.G, M.D, P.S, P.F, A.R y S.L. por su colaboración y su tiempo invertido en sacar de la duda a nuestr* lector*; como pueden comprobar un servidor sólo editó sus respuestas. :D Saludos, buena semana y mejor reescritura.

6 comentarios:

Makiavelo dijo...

Denso eh!!!

El inquilino dijo...

Sí? Sí! ;)

Anónimo dijo...

Buenísimo... el segundo tratamiento es realmente muy importante. Yo creo que también esto debe servir para cortometrajes...

Una pregunta antes de despedirme: ¿es una buena herramienta el uso de las fichas o el tablero que muchos autores recomiendan usar?

El inquilino dijo...

Es buenísimo, porque las puedes mezclar, intercambiar y porque su conjunto te da 100% una visión estructural compacta. Además te ahorra mucho trabajo en caso de que tengas que cambiar ideas o secuencias que no funcionan. Una tarjeta si no sirva la rompes, pero ¿quién se atreve a tirar a la basura 20 cuartillas que no sirven? Las tarjetas sirven precisamente para que no tengas que volver atrás en lo escrito.

adrian dijo...

Es muy dura esta revision mas cuando la gente que revisa o autoriza no sabe del tema o del genero, en Mexico te piden minimo unas 3 o 4 revisiones de guion hechas por gente con "experiencia" es decir, gente que ya haya escrito guiones que salieron se exhibieron en cine y que lamentablemente muchas de ellas son basura...
entonces esto quiere decir que tu guion puede ser muy bueno pero lo tienen que hacer "malo" para que lo autorizen... pff

El inquilino dijo...

Aquí tienes la explicación, Adrián: http://elinquilinoguionista.blogspot.mx/2011/10/por-que-los-guionistas-cagan-oro-que.html

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