miércoles, 22 de febrero de 2012

La guionista en la cumbre de guionistas 2

Segunda entrega de nuestra maravillosa inquilino-reportera Silvia Ortega Vettoretti sobre la Cumbre de guionistas de Ciudad de México de finales de enero 2012. Si se perdieron la primera entrega, pinchen aquí.
Fueron dos días de pláticas intensas. El primer día, después de la exposición de Linda Seger y John Truby, subieron los cuatro script-consultants para contestar preguntas. Un micrófono y varios guionistas formados, daba la sensación de que aquello no terminaría jamás...
...Pero los consultores son prácticos, dieron respuestas breves y precisas. Terminó el día, nos diluimos en el tráfico del soberbio Santa Fe, descansamos y comenzó el siguiente.
Syd Field.
               Syd Field, la mega estrella de la cumbre con halo de gurú, subió al podio, y dejó muy claro algo a los cientos de expectantes guionistas: él es guionista, además de consultor, él es guionista. Y lo hizo contándonos que uno de sus guiones ahora se encuentra en las manos de uno de los directores más meritorios de ciencia ficción.
Sus ojos brillaban de esperanza como los de aquel joven guionista que el día anterior hizo la pregunta:
“...¿Cómo puedo hacer para que llegue mi guión a ustedes?”  
Y todos respondieron:
“...Para qué quieres que llegue a nosotros, trabaja y busca que llegue a tu gente talentosa más inmediata y si no llega, o si no se produce y el guión se pasó, tíralo y escribe otro”.
Ufs, qué difícil... El guión tiene fecha de caducidad, el guión es o no oportuno, el guión no es autónomo, no existe sin su realización. Estos hombres pragmáticos, para no herirse más, o meter rápido la cuchillada lo dicen así: tíralo o archívalo, escribe otro; y si pasa lo mismo, pues escribe el siguiente y así. 
En fin, que Syd Field se encontraba feliz, por supuesto.
Inició su charla con una cita de José Rivera, director de Diarios de Motocicleta, que desafortunadamente no alcancé a copiar, pero que investigando igual la sacó de la entrevista publicada en el sitio de WrittenBy pues básicamente contenía la misma idea.
Syd Field quitó la parte que habla del teatro y más o menos la traducción sería…
“Escribir un guión es parecido a construir un mueble.  Es un oficio donde las piezas deben de encajar y deben funcionar…. La gente habla sobre la estructura en tres actos, que así es cómo se escribe una película y que consta de esos tres elementos. Pero el truco de escribir guiones está en dominar esos elementos y hacer que se vean naturales e invisibles. Por eso hay aprenderlos y desaprenderlos. O bien, hay que aprenderlos, y disfrazarlos para que nunca el público vea la maquinaria que opera tras un guión”.
Después de esto, Syd Field se concentró en marcar las diferencias entre una novela, una obra teatral y un guión. En el guión, dijo, la historia es contada con imágenes y acciones.
Y comenzó con consejos:
-Antes que nada “establece tu historia”. Piensa entonces cómo debes de abrir tu guión.
-Pregúntate, ¿qué tipo de historia es?, ¿qué género es?
-Prepara tu material. Establece tu historia con el siguiente concepto: “la necesidad dramática” de tu personaje. No me digas lo que tus personajes son, dime lo que tus personajes desean.
Así que la charla de Syd Field, quien no habló más de su ya manoseada teoría de los tres actos, se concentró en los primeros 10 minutos del guión, del establecimiento de la historia.
Y quien no haya agarrado su reloj para ver si la teoría del tiempo de Syd Field era cierta, que lance ahora la primera piedra. Honestamente, éste es casi un ritual iniciático. Al menos uno reafirma el lienzo temporal donde se escribirá la historia. Pero bueno, nada más cabal que el título del libro de Andrei Tarkovsky, Esculpir en el tiempo, que nos hace aprehender el núcleo de este principio estético.
Syd Field dice: hay que establecer al personaje y hay que establecer la línea de la historia y tienes 10 minutos; hay que aprender a presentar de inmediato, no hay tiempo para la descripción; un buen guionista es aquel que mantiene a su lector cambiando la página.

La necesidad dramática
 ¿Qué es lo que mi personaje quiere ganar, lograr u obtener durante el transcurso de mi historia? ¿Qué es lo que mi personaje protagónico quiere? ¿Qué es aquello que lo conduce a lo largo de la historia?
La necesidad dramática generalmente es simple, pero poderosa. La necesidad dramática va a impulsar y conducir la acción desde el inicio hasta el final de mi historia. ¿Cuál es la misión de mi personaje? Un ejemplo de una necesidad dramática simple es la de Frodo en el Señor de los Anillos ¡Y esa simple necesidad ha dado para tres películas!

La línea argumental
Puedes diseñar tu línea argumental, tu secuencia de acciones, a partir de la necesidad dramática de tu personaje.

Las primeras 10 páginas
Hay tres cosas que deben de ser establecidas:
1) ¿Quién es el personaje principal? ¿De quién trata la historia?
2) ¿De qué tratará la historia, cuál es su premisa?
3) ¿Cuál es la situación dramática, las circunstancias que rodean la acción?

El incidente desencadenante o incitante (“inciting incident”).
Es el evento que dramáticamente impactará la vida de mi personaje y literalmente lo dejará fuera de balance. Generalmente este incidente se convertirá en el inicio de nuestro guión. Y resolver este evento al que nuestro personaje fue arrojado puede convertirse en su necesidad dramática y de ahí en toda nuestra línea argumental. 
   Syd Field, gustoso del surfing, hace una analogía y usa el término que usan estos deportistas catching the wave. El incidente desencadenante sería como cachar una buena ola, esa que nos atrapará y nos deslizará una gran distancia hasta que su impulso se desvanezca. 
En este nuevo esquema que dedica a los primeros 10 minutos de arrancar una película, según Syd Field hay 9 formas para establecer al personaje y su historia. Yo más bien las encuentro como sugerencias, ideas, diseños, estilos, de cómo pensar el arranque de tu historia.

  1. La tradicional: Se muestra al protagonista como un personaje joven, se establece que algo le pasó, un evento, una relación y es esto algo que perdurará en la historia.
  1. Visual: Se establece la necesidad dramática del personaje desde la primerísima imagen que vemos.  Ejemplo: Juno.
  1. El personaje conduce a la acción: Arrancar con una escena que revele su comportamiento y su necesidad dramática. Aquí las características y carencias del personaje son las que conducirán la historia. Como sucede en 500 days of summer .
  1. La acción  conduce al personaje: Arrancar con una acción un incidente que desestabilice y adentre a nuestro personaje en una necesidad dramática.
  1. La narración Voz en Off: El personaje principal comenta sobre la acción y comparte sus reflexiones y/o emociones. También puede explicar circunstancias específicas sobre la historia.  Ejemplo: AmericanBeauty .
  1. Contemporary: A través de una acción que contenga algún flash back o una secuencia de sueño que nos conduzca al tiempo presente.  Ejemplo: Mr. and Mrs. Smith .
  1. El círculo del ser: Syd Field dijo que este punto se refiere a arrancar la historia con alguna experiencia emocional o física y precisó una edad: entre los 13 y los 20.
Aquí tengo que abrir un paréntesis.
              Cuando precisó la edad yo pensé que este hombre había enloquecido. ¡Cómo precisar una edad! Él argumentaba su teoría en base a algo que leyó en psicología sobre los 4 períodos del crecimiento intelectual. Esta referencia yo la desconozco pero aún así, ¿puede alguien decir que ésta es la edad en la que forzosamente tuvo que ocurrir el momento traumático, o el evento que impactaría la vida del personaje, no puede ser en otro momento de su vida?
Un bebé arrancado de su país en guerra que ahora regresa a buscar sus orígenes; ¿o no puede ser como sucede en Batman cuando el niño presencia el asesinato de sus padres? Me pareció absurdo y hasta nocivo.  Así como me pareció que el arranque de una historia no puede basarse en sólo un superficial juego estilístico. 
Debo confesar que la charla de Syd Field perdió todo mi interés. Rescatando los conceptos de necesidad dramática y del incidente incitante -conceptos ya muy analizados por la teoría dramatúrgica-, estos 9 puntos me parecieron un análisis totalmente superficial. Además de una clasificación totalmente arbitraria donde intentó englobar los arranques de historia más usados o que más había visto en guiones y películas. Me pareció que eligió mal su material a presentar y no pudo englobarlo en lo que un guionista, o un escritor, realmente requiere para pensar el establecimiento de su historia.
Termino…

  1. El incidente desencadenante: No comprendí la diferencia con el  punto número 4. Es el incidente que hace inicie el movimiento de la historia.
  1. No linear: El personaje principal está tratando de sobreponerse a un trauma de algún evento significativo del pasado que impacta el presente de la historia. Lo que sucede aquí es que se abre con dos o más historias aparentemente sin relación que de pronto se unirán para crear una línea argumental total de la historia. Ejemplo: Las horas.
Aquí Syd Field terminó con sus 9 formas de establecer la historia en los primeros 10 minutos de una película. Muy dudosos, muy cuestionables.
A Syd Field le siguió Micheal Hauge, sí el hombre que inició diciéndonos, muy francamente, que él venía de un prejuicio: Hollywood. Y que su tendencia es el mainstream, que eso era él, y que él sí daba absolutos pues los necesitaba para crear definiciones, pues de eso trataba su trabajo; ya nosotros haríamos con ello lo que nos venga en gana.
Pues sí, con todo y su prejuicio -sumado el prejuicio y doble moral de varios escritores de tendencias NO MAINSTREAMS en la sala-, Hauge entregó una herramienta asombrosamente interesante basada en un esquema simple que contenía una síntesis de los mecanismos y engranajes óptimos de un guión, los que lo convertirían en un sistema vivo. 
Este esquema realmente lograba visualizar de manera muy didáctica, los órganos vitales para alcanzar lo que él denominaba la esencia de un buen guión: crear una experiencia emocional.
Este esquema sí es una herramienta útil, digna de prestarle toda la atención.
Pero esto a la siguiente entrega…
CONTINUARÁ.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pinche inqui, me dejaste con ganas de la siguiente! :-GRRRR

El inquilino dijo...

Pronto, pronto.. y promete, porque me consta que será le mejor artículo de los tres...

Lola Lagata dijo...

pues sí que espero el siguiente. Me gustó mucho, coincido en los desacuerdos de la inquilina-reportera, Silvia Ortega, que toda una buena intención de estas vacas sagradas nos dejan limitados al BY the Book. Aún así, me da mucha gracia, me gusta pensar en tantos 10 primeros minutos que me han gustado, en el arranque, en lo emocionante que es conocer a alguien, lo que ve, cómo lo ve y que le rodea, tratar de adivinar y suponer hacia dónde se irá...todo planteado para dejarte enganchado y después pasar hora y cacho tratando de volver a lo vivido los 10 primeros minutos. Entonces ¿y lo demás? y los otros 100-120 minutos??? cómo lograr que no se caiga ese gran inicio? ¿cómo mantenerlo? He leído algún manual para escribir guiones de cine, y puedo palpar en Syd Field las mismas estrategias de incitación de un manual :( Gracias Silvia, Inquilino por compartir.

El inquilino dijo...

Gracias a ti! Syd Field es puta vieja en esto de los manuales de guión. El vicio le viene de décadas atrás, desde los 70, donde el primer libro de guión famoso se titulaba "Cómo ganar 1 millón de dólares escribiendo un guión de cine". Para bien o para mal, el tío Syd (que no Syd Vicious) sigue siendo una reinterpretación de la división en tres partes/actos (tridáctil le llamaba mi profesor de literatura cuando tenía 15 años) que promulgaba Aristóteles hace más de un par de miles de años. Como bien dices, ¿y después de esos primeros diez minutos o primer acto qué? La realidad es que kk, por eso las pelis de jolibú se caen, por eso todas parecen lo mismo. Por eso aburren y parece que esa historia te la han contado ya mil veces, pero claro, nunca en 3D. :-P

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