lunes, 16 de enero de 2012

Guionista conoce tus escrituras

Tenía varios títulos para este artículo: El guionista anónimo y vengativo, el guionista negro literario, el guionista fusilado, el asesor guionista, el guionista fantasma, cuando el guionista es el malo de la película o, la vergonzante adolescencia continua del guionista egocéntrico, pero me decidí por uno más sencillo: guionista, conoce tus escrituras.

            Partiendo de la idea que dice que uno escribe de lo que necesita aprender, he elaborado una lista de tipologías de escritura guionística para llevarlas o no, a la práctica por quien guste; de primeras por mí. No sólo el triunfo de la voluntad hará verdaderamente nuestras, nuestras historias, hay que saber qué suelo pisamos.

            La escritura VERDADERA
            Todo lo que escribimos debe estar basado en la verosimilitud. Así que mejor dejemos de lado el engaño, la exageración, escribir verdades a medias o embellecer demasiado nuestro guión. Desempolvemos la verborrea y la fantasía que nos caracteriza a l*s que escribimos. Seamos íntegros, enteros. Construyamos personajes compactos, tramas cerradas, usemos sólo cabos sueltos para despistar al espectador, pero sin trampas.

            La escritura MEDITADA
            Pensar preguntas - darnos respuestas es la mejor dialéctica a la hora de escribir. Apresurarse es escribir mal, es cojear. Oye a tus personajes y sus necesidades, déjalos que te digan lo que necesitan decir, pues ellos son la unidad más importante de cualquier guión. Comprométete con ellos y no les falles. Sé constante. Tienes una idea guionizable, bien: detente, piensa y luego escribe. Amarra el tiempo antes liberar la  creatividad.

            La escritura DIVISORIA
            Agita tus secuencias. Pon fronteras y sondéalas para superarlas. Busca pelea, conflictúa, sé contencioso. En la escritura dramática se ha de aceptar el disentir y el dividir como algo completamente natural y necesario. De eso se trata todo, pelea de gallos, de perros, de personas. Destruye la unidad entre las partes. Equivoca a tus personajes, y que aprendan…a ser ellos mismos.

            La escritura FLUIDA
Lo peor que puede pasarle a un guión es ser tachado de manipulador y jactancioso. Escribimos para nosotros mismos por mucho que digamos lo contrario, construimos mundos y relaciones, les damos vida para sacarlos y alejarlos de nosotros, no para regocijarnos en ellos. Fluye. Déjate llevar. Por mucho que planifiques, que escaletees, que hagas sinopsis y argumentos, no olvides que eso no es escribir sino limpiar la escopeta con la que vas a matar a tus propios fantasmas.

            La escritura LIMPIA
            Dejemos atrás las calumnias, los partidismos, el pro y el contra, los juicios de la moral. No denigremos a los personajes: pobres, jodidos, malos pero dignos. Heroifiquemos = edifiquemos héroes. Disminuir a un personaje no va hacer realzar la imagen de otro. Nunca restar, siempre sumar. La segunda unidad más importante en un guión es el conjunto de tus personajes, el grupo, el equipo. Son notas quasi matemáticas de la partitura guionística que otros van a tocar, en caso de que les convenzas de filmar tu obra, claro.

            La escritura CHISMOSA
            El chisme es un bocado de primera calidad, es irresistible para el guionista. Es una forma de establecer camaradería con el mundo narrativo. Es “no aburrirse”. Es descubrir secretos, es la forma más antigua de comunicarse. Entre contar magistralmente un chisme y escribir una peli, no hay mucha diferencia. Por tanto: husmeemos en la vida de los otros y entreguemos nuestra escritura a ello.

            La escritura INTRUSA
            Espía, investiga, busquemos asuntos turbios. A veces el guionista ha de meter la cabeza en el basurero de los sucesos más sucios que encuentra a su alrededor. El mejor ejercicio es coleccionar lo que en México se llama nota roja, prensa amarilla en Aspaña. Seamos criminólogos indiscretos sin miedo y así obtendremos respuestas. Sin olvidar que la motivación que nos mueva a ello ha de ser pura, no puta. Genuinamente interesados en la muerte de los demás.

            La escritura TRAIDORA
            No todos somos buenos, ni malos, ni iguales. Y en el herir y el desfavorecer a nuestros personajes hay un punto maravilloso de injusticia dramática. Judas es el mejor ejemplo de toda la historia. ¡Viva Judas! Traición, sacrificio, eternidad, son palabras santas que harán de nuestra historia algo mítico. No olvidemos que en cine no existen las personalidades confiables, todos guardamos secretos y traiciones.

            La escritura DESPRECIADORA
            Enfoquémonos en los defectos más que en las virtudes de nuestra materia prima. La escritura es como un martillo, sirve para demoler o edificar universos. Digamos a la amada de nuestra historia que no es la única mujer, y al amado, que es un completo irresponsable y a ver cómo salen de ésa. Resistamos la tentación de arreglar algo de ellos. Aceptémoslos tal cual son, sin olvidar que sólo estarán en nuestra cabeza por un tiempo, hasta que al fin escribamos la palabra fin.

            La escritura IRÓNICA
            Entendamos lo contrario de lo que dicen los personajes, creando contrapuntos y sin pavor a parecer incongruentes. La congruencia irá por debajo de nuestras palabras, como aguas fecales. Es más factible que el espectador desdeñe las motivaciones del héroe, que se identificarse con él en el primer acto de la historia. Desde Sócrates hasta Cervantes, todos los grandes de este oficio han sido grandes irónicos, sino cínicos. La ironía en cine se confunde con comedia; no es lo mismo...

            La escritura IGNORANTE
            Debemos dar a nuestros personajes el beneficio de la duda mientras sigan su propio rumbo de acción. El guionista inteligente es aquel que oculta su saber, que rehúye de la pedantería. Escribir de más en un guión, no ser parcos, no formar parte de la cofradía de destiladores de palabras, es muestra de inseguridad creativa. De inexperiencia e inmadurez. Temblemos ante el exceso de palabras. El guionista está cercano al poeta, y es más asimilable que éste.

            La escritura INTIMIDANTE
            Rimo como negro sin que se me note. Uso música interna en lo que escribo. Eso da ritmo visual, ritmo al actor, a la secuencia, y nadie se da cuenta, sólo el buen editor. A veces intimido, a veces insulto, a veces amenazado, todo en pos de conseguir ese latido lleno de vida que para mí, tiene cada segundo de una gran película.  Frente a la amenaza del mundo, el impulso del anónimo por dejar de ser un oprimido. Eso les dicto a mis personajes, en sutil rebelión.

            La escritura RUDA Y CURSI
            Sin hacer referencia a la película, no temamos ni una cosa ni a la otra. Un personaje rudo es interesante en tanto que denigra a su adversario, y uno cursi en cuanto sufre por amor. Cada cual buscando lo suyo nos impacta emocionalmente.  Pero igual uno que otro, el mejor modo de confrontarlos es directamente, sin rodeos. Hagamos a nuestros personajes todo aquello que nos gustaría (cursi) o que odiamos (rudo) que nos hicieran.

            La escritura CRÍTICA
            Criticar al mezquino sus mezquindades. Incluso Jolibú con sus japiendings tiende a la crítica. El cine, pese a ser casi siempre poco más que una atracción de feria con fuegos de artificio digitales, es la mera sublimación de la condición humana. Es los ojos de ésta, y a veces también su voz. Si no puedes criticar una situación injusta para tus personajes, mejor no escribas nada.

            La escritura COMUNICATIVA
            Deja de ensimismarte con tus pajas/chaquetas mentales. Les interesará a tus amigos pero la función primordial de todo guionista es comunicarse con el público, sea suyo o de otro. Para ello, deja hablar a tus personajes y calla tú. El guionista onanista es muy aburrido. No hay mayor pago (incluso mejor que el monetario) para los que nos dedicamos a esto que oír “estamos interesad*s en lo que nos cuentas”. Debemos dejar que nos absorban las necesidades de l*s otr*s.

            La escritura MALDICIENTE
            De una misma escritura procede la bendición y la maldición. ¿Hemos de domarnos? No creo. Tanto el lenguaje profano, obsceno y hasta el vulgar, como el directo, el claro o el que carece de hostilidad, son hechos y formas culturales. Mientras en Aspaña cuatro de cada diez palabras dichas por los personajes en televisión son groserías, en México si el público medio escucha chingada madre en pantalla, se lleva las manos a la cabeza. ¡Que vivan las alabanzas y los improperios pues, y con libertad!

            La escritura QUEJUMBROSA
            Al establishment y al poder quejarse le repatea. Y más si esa queja va acompañada de acción. Para el guionista, quejarse de algo debe ser piedra filosofal dramática, y si es mediante la parodia, el esperpento o la comedia mejor. Quejarse es querer cambiar las cosas sin perder el tiempo esperando que se compadezcan de nosotr*s. La queja es contagiosa. Es un don de la escritura y tanto si naces con él como si no, si no te quejas te vas a quedar en casa comiéndote los mocos.

            La escritura VENGATIVA
            Dicen que no hay nada más fácil que la venganza puesta en papel. Visto así, no hay nada más fácil que leer y escribir, ya que todos lo aprendemos de niños. Sin embargo eso lo dicen l*s moch*s, ¿pues qué sería de los poemas de Quevedo por ejemplo, sin su lengua viperina para la venganza? En cine y en literatura se vale aquello de ojo por ojo diente por diente, se vale hacer pagar alguien mal por mal. La venganza es tótem dramático de cualquier relación entre personajes. ¿Qué sería de Taxi Driver sin la venganza? Pura hipocresía católica.

            La escritura ACUSADORA
            Planteemos una situación donde las cosas estén yendo mal, una situación desesperada. Busquemos un cabeza de turco y acusémoslo sin piedad. Y que luego sea él quien busque las evidencias para defenderse.  Ahí tenemos la semilla de todo bourne hijo de vecino con la muerte en los talones. Primero acusar y luego comprender, ésa es la simple matemática dramática que nunca dejaremos atrás. ¿Alguna vez te han acusado por motivos falsos? ¿A quién no? ¿Cómo respondes ante tal injusticia? Creo que ése es el meollo de muchas de nuestras historias.

            La escritura DESALENTADORA
            Cuando el héroe parece que va a conseguir salvarse, pónselo más difícil aún. Desalienta al espectador desalentando al héroe, haz que el villano –ese gordo capitalista con cara de cerdo postrado en su trono/rascacielos-, goce. El destino se gana. La habilidad para desalentar a tus personajes es uno de los bienes más nobles que tiene todo guionista. Que se jodan, que se chinguen, y que demuestren lo que valen siendo así merecedores o no, de estar en tu guión.

      Y por último...

      La escritura CONFIADA
Seamos neci*s, confiemos en nuestro corazón e intuición a la hora de escribir. Porque esa confianza nos define más que las amistades, las relaciones familiares o las creencias religiosas. Tranquilidad, seguridad, aprendizaje y paciencia son palabras mágicas cuando nos sentamos frente a la hoja en blanco. Pensar en dinero está bien, esto es un oficio y se necesita experiencia. Pero pensar en desastillarnos las costillas y moldear con ellas los caracteres que a nosotros nos sobran, está mejor.
(FIN)
Y para terminar, un último apunte para nuestr*s lector*s: pese a que nos tardamos en publicar un nuevo artículo para inicios de este maravilloso 2012 (también escribimos guiones aunque no lo parezca :P), espero no nos lo tomen en cuenta y sepan disfrutar esta nueva temporada a nuestro lado. Aquí les entendemos, éste es su frenopático particular.
            Una escritura cuidada puede encender contiendas, sin olvidar que ningún guión es perfecto, sólo aquel que todavía no hemos escrito.
Soy guionista porque ando con los malos, con los pecadores, con los perdedores; voy con ellos.
J Saludos.

4 comentarios:

Itzel Enciso dijo...

¡Por fin! Qué gusto volver a leerlo y si un día de estos escribiera, vendría a consultar los inquitips... aplicando mis variantes.

Gracias por seguir escribiendo, me ayuda a imaginar,

Saludos

Itzel

Lola Lagata dijo...

Me impresiona este artículo, tan cargado, con tantos consejos -a mi gusto muy buenos- a la hora de escribir, que cuesta y mucho. Y creo que definitivamente practicas la escritura intimidante, me subiste y bajaste y volviste a bajar, dejándome en una esquina y con mirada aterrada. ERES CRUEL.

Mi fragmente preferido "Escribimos para nosotros mismos por mucho que digamos lo contrario, construimos mundos y relaciones, les damos vida para sacarlos y alejarlos de nosotros, no para regocijarnos en ellos". Y entonces hay algo de liberador en el camino.

Buenos tiempos Inquilino, todos los que emprendas.

El inquilino dijo...

Qué feliz me hace leer comentarios cargados de belleza. Ahora temo que me tachen de cursi. Así que mejor me pongo serio y echo el deseo al vuelo de que todo lo bueno se multiplique, sobre todo la buena escritura. Gracias por seguir leyendo, todo lo mío es vuestro, ahora y siempre. :)

Anónimo dijo...

ohh! sí muy interesante siempre se aprende de ti... yo me quedó con todo, pero la última frase es de lo mejor de "soy guionista por...." Y bueno un año más que iniciamos con usted Inquilino!!
Saludos!!
RGB78

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